Soy madre, una buena madre. Yo tuve sexo voluntario, sentí la erección del buen momento, con las luces apagadas porque me daba vergüenza, solo tenia 26 años, un niña. A los dos meses supe que cargaba una maldición en mi vientre, en ese instante, en esa milésima de segundo, maldecí aquella pasión que me planto la desgracia entre mis carnes. Quise morir.
Ahora me he ido, lejos, tan lejos que casi estoy muerta, pero no fue mi culpa, yo soy buena, amo a mi familia y a mis hijos, al que tengo vivo y a los que no, también.
¡Que cargue la cruz de la culpa! ¡Que muera! ¡Que se le caiga la lengua!
Ahora me he ido, lejos, tan lejos que casi estoy muerta, pero no fue mi culpa, yo soy buena, amo a mi familia y a mis hijos, al que tengo vivo y a los que no, también.
¡Que cargue la cruz de la culpa! ¡Que muera! ¡Que se le caiga la lengua!
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