Las hojas muchas veces no necesitan viento para caerse, es como cuando hace calor, pero tienes frío.
¿Puedes olerlo? Es el amargo olor de la traición, esa que viene de paquete, que arde.
Muy probablemente las palabras sangren, sangren por la boca y oídos.
Las decisiones pueden ser extremadamente correctas cuando duelen, allá afuera es un bosque, de aquellos frondosos que se vuelven negros cuando los miras, de esos que los caminos son laberintos y te mareas por buscar la salida.
Finalmente el alma juega mientras el cuerpo duerme.
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