Ellos quieren ver pieles desnudas, ellos quieren el temblor que la tempestad nos entrega con su cruel frialdad.

Yo y mi alma muerta, yo y mi cuerpo deseoso, yo frente a la lluvia furiosa que cae sobre mis pies y me obliga a desnudarme, quitarme todo lo que no necesito frente a ellos, sacarme todo entre gemidos de auxilio y excitación.

Me entrego a sus mentes locas, me entrego a sus carnosos pensamientos llenos de temores y olvidos,
me entrego a las enfermedades sociales que me han destruido, me entrego, me entrego y me sigo entregando. Ya no tengo nada, ya no siento nada, ya no soy nada.