Dejarme ir
Yo, moribundo, extasiado por la enfermedad soy abrazado por la fría y acogedora muerte. Veo un río de cadáveres conocidos; logro ver a mis padres, a mis abuelos, y algunos de mis tantos amores. Termino de sangrar y sigo viviendo, no sé cual sea la razón, pero mis pies están atados a la tierra, cada mañana, cada día, cada instante, tengo aquella misma oscura sensación, pero sigo abriendo los ojos, haciendo parecer todo un sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario